Todo el mundo o casi ya habrá oído hablar de la Bolsa o de sus activos más conocidos como IBEX 35 y otros índices o acciones de grandes sociedades mundiales. Pero pocos particulares conocen verdaderamente el significado de todos estos términos.
Contrariamente a lo que se podría pensar, la historia de la Bolsa es más bien antigua aunque su concepto haya evolucionado considerablemente con el paso del tiempo. De hecho, la Bolsa apareció en el siglo XIV en Brujas, Bélgica.
En la actualidad, si la Bolsa sigue siendo todavía un lugar de intercambios es, ante todo, un inmenso mercado donde se intercambian títulos financieros. Estos títulos financieros pueden implicar las acciones de grandes sociedades, obligaciones, el dinero en circulación e incluso las materias primas como el oro o el petróleo. Sin embargo, no se trata aquí de intercambiar productos o mercancías físicos, sino solamente los títulos que representan un determinado valor evolutivo.
Se podría definir la Bolsa como un mercado en el que hay compradores y vendedores. Pero a diferencia del comercio tradicional, no son los vendedores que deciden el precio de sus títulos, sino los compradores. A continuación, el archivo de órdenes es el que da cuenta de los precios decididos.
En definitiva, cuanto más solicitan los compradores los títulos de un mercado bursátil, más sube su precio. Al contrario, cuanto más baja la demanda, más baja su precio.
El mercado bursátil en el que se puede intercambiar títulos también se llama “mercado primario”. En este mercado es donde las sociedades pueden emitir lo que solemos llamar “acciones” que compran a continuación los inversores, particulares o profesionales. Gracias a estas compras de títulos, las sociedades pueden obtener el dinero necesario para realizar inversiones. Pero las acciones no son los únicos activos intercambiados en este mercado puesto que también se pueden encontrar obligaciones o títulos financieros.
El interés de los inversores es especulativo puesto que compran un título a un precio juzgado inferior al precio que podría alcanzar más tarde con el fin de hacer un beneficio o perciben lo que se llama “dividendos” en función de los resultados económicos realizados por la sociedad emisora de estos títulos y se convierten en “accionistas”.
Gracias a este sistema de títulos y a la llegada de las nuevas tecnologías, el mercado de la Bolsa se ha desarrollado de manera significativa a nivel internacional. Hoy día, se calculan tantos mercados bursátiles como países capitalistas existen, aunque la mayoría de las veces, este mercado es virtual y no tiene “sala de contratación” física, puesto que ha sido reemplazada por redes informáticas complejas.
Para comprender mejor la importancia de la Bolsa, debe saber que solamente en el centro financiero de París, miles millones de Euros se intercambian cada día.
Puede que no lo sepa, pero el comercio bursátil le ofrece la posibilidad de operar en línea las 24 horas del día, gracias al solapamiento de los horarios de apertura de las distintas bolsas internacionales.
De hecho, hay ocho grandes centros financieros en el mundo cuyo horario de negociación se divide en tres sesiones principales: la sesión asiática, la europea y la norteamericana. Pero, por supuesto, también hay que tener en cuenta el horario de verano y de invierno, que no es el mismo según la zona horaria. Así que aquí hay algunas explicaciones detalladas de los tiempos de negociación en la bolsa.
Al principio de la semana, la sesión asiática es la primera en abrir. Esta sesión incluye los centros comerciales de Japón, China, Australia, Nueva Zelanda y Rusia, así como otros centros más pequeños. Por lo tanto, los activos asiáticos y los pares de divisas que comprenden monedas de estos países son los más volátiles durante estas horas. Lo mismo ocurre con los comunicados económicos.
La sesión europea es, por supuesto, la más seguida por los operadores franceses. Es la segunda en abrir después de la sesión asiática y también incluye varias bolsas importantes, como las de Francia, Alemania, Suiza y el Reino Unido. Hay que tener en cuenta que el centro financiero de Londres es el mayor del mundo y que en él se realizan más del 30% de las transacciones financieras diarias. Por lo tanto, los volúmenes de negociación son muy elevados durante la sesión europea y dan lugar a movimientos muy volátiles y más líquidos. Por supuesto, las acciones europeas son las más volátiles durante este periodo, así como los cruces de divisas, incluido el euro.
Por último, llega la sesión norteamericana, que es la última en abrir y cerrar sus mercados. Por supuesto, esta sesión es también una de las más seguidas por los operadores de todo el mundo, ya que es durante este periodo cuando se negocian los activos estadounidenses. Esta sesión incluye los mercados financieros de Estados Unidos, pero también los de Canadá, México y los países sudamericanos. La Bolsa de Nueva York es la más volátil durante este periodo del día, sobre todo para los activos especiales como las materias primas y el resto de valores denominados en dólares.
Después de leer lo anterior, se habrá dado cuenta de que, al contrario que en el mercado de divisas, las diferentes sesiones mundiales no se solapan en ningún momento, sino que se suceden unas a otras. Así que no hay un momento especialmente volátil.
Sin embargo, debe elegir cuándo intervenir en el mercado en función del origen de los activos con los que opera.