El mundo de la bolsa es complejo y, en la primera toma de contacto, bastante hostil. Por eso, para poder tomar mejores decisiones financieras, lo mejor siempre es haber estudiado o conseguido algún tipo de formación de calidad a través de cursos de economia reputados y profesionales. Es precisamente gracias a este tipo de cursos por lo que se puede determinar cuáles son los mejores indicadores económicos a la hora de decidir si comprar o vender acciones en un mercado, como también para trazar estrategias de inversión. ¿Quieres unas pautas esenciales en este sentido? Pues sigue leyendo.
De todos los indicadores económicos que existen, los cuatro que vamos a ver a continuación son esenciales a la hora de tomar decisiones de inversión:
El Producto Interior Bruto es uno de los indicadores económicos más importantes de un país. Indica el valor total de todos los bienes y servicios producidos en una nación durante un período determinado.
El crecimiento del PIB es síntoma de una economía saludable, lo que hace que se convierta en un campo interesante para invertir. Si el PIB muestra un crecimiento constante, es probable que las empresas en la Bolsa también tengan mayores ganancias, y no hay mejor señal que esa para mover tus acciones o comprar.
Las tasas de interés son un indicador económico clave. Cuando tienen valores bajos pueden impulsar el crecimiento económico y hacer que las inversiones en acciones sean mucho más atractivas, ya que eso significa que los negocios pueden recibir mayores inyecciones de capital con las que crecer teniendo que pagar menos por ellas.
No obstante, si las tasas de interés son altas, se consigue el efecto contrario. Los negocios van a tener que pagar más si quieren crecer, y eso puede repercutir en su economía y crecimiento, por lo que es mejor destinar las inversiones a otros frentes, como por ejemplo en bonos en lugar de acciones.
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país. Tiene un impacto más que considerable en el poder adquisitivo de la población, lo que a su vez va ligada al margen de ganancia y beneficios de las empresas.
Si crece demasiado, el dinero pierde valor y eso repercute negativamente en bolsa y en todos los negocios. Es una variable muy a tener en cuenta, porque resulta un indicador clave para saber dónde sí y dónde no destinar la inversión.
La tasa de desempleo, como su nombre indica, revela el porcentaje de población que no tiene trabajo en una economía. Los niveles bajos indican solidez y estabilidad, como también un poder adquisitivo mayor, algo que propicia un panorama empresarial creciente y con más posibilidades de expansión y de aumentar su valor en la bolsa.
Por otra parte, si el desempleo es alto, la economía no está en su mejor momento, y lo mismo pasa con las empresas que forman parte de ella.
El análisis de los indicadores económicos puede ayudar a los inversores a tomar decisiones con un mejor criterio. Pero, ¿qué estrategias se pueden seguir teniendo esto en cuenta? A continuación vamos a ver las mejores:
La diversificación es fundamental para reducir el riesgo en las inversiones en cualquier estrategia. Al analizar los indicadores económicos, los inversores pueden identificar sectores o industrias que podrían verse más afectados por cualquier cambio económico.
En lugar de centrarse en un solo sector, la diversificación permite distribuir y amortiguar el riesgo al repartir el dinero en diferentes sectores y tipos de activos, lo que puede mitigar las posibles pérdidas en caso de que algún sector en concreto sufra un fuerte revés.
Si algo delatan los indicadores económicos de un país son tendencias en un mercado. Si se observa un crecimiento ligado a estabilidad económica, esto sirve para mantener o incluso aumentar la inversión en acciones.
Por otra parte, si se ve decrecimiento o debilitación, puede ser señal de que es mejor trasladar la inversión a otros activos o reducir la inversión para que el riesgo de pérdida sea menor.
Algunas empresas y países dependen en gran medida de ciertas materias primas, como el petróleo, el oro o los metales industriales. El inversor puede seguir de cerca los precios de estas materias primas y evaluar cómo podrían afectar a las empresas relacionadas.
Por ejemplo, si el precio del barril de petróleo sube, las petroleras se beneficiarán de esto porque podrán vender a precios más altos. Sin embargo, el descenso en el precio del oro, uno de los pocos "valores seguros" que existen, afectaría negativamente a todas las empresas del sector minero.
Las políticas monetarias y fiscales implementadas influyen muchísimo en la economía y los mercados. Todas las decisiones que toman los bancos centrales y los gobiernos en materia de tasas de interés, políticas fiscales y subvenciones se deben seguir muy de cerca.
Si se establece una política con tasas de interés bajas, por ejemplo, esto es indicativo de que es buena idea invertir, porque los negocios van a tener más acceso a capital y los consumidores van a poder tener más liquidez si la necesitan.